Realmente pocas veces me siento perturbado por las cosas que aparecen mientras navego, sinceramente llevo muchos años viendo sitios que darían pesadillas a más de una persona (y no me refiero a los sitios "snuff" y demás nimiedades que coronan su vulgaridad con un tratamiento deportivo a la muerte, claro que hay grandes excepciones). Sin embargo, los sitios dedicados a la psicología de la percepción son bastante inquietantes, fundamentalmente porque demuestran lo terriblemente frágil que es la captación de la realidad tangible.
Defragmentar los procesos de percepción tiene sus constantes, una de las más recurrentes es cómo nuestra voluntad perfila los objetos, las formas exteriores deben pasar por cientos de procesos para ser entendidos. Cuando estos mecanismos se corrompen puede haber varias consecuencias, la peor es la desfiguración de la realidad, que es causa de varios síndromes que van de los temblores involuntarios a incluso un estado de representación somática de la realidad exterior. Aquí recuerdo a una chica que conocí alguna vez, que reportaba que literalmente le dolían las cosas, si alguien golpeaba una pared o rompía una simple hoja de papel, ella lo sentía físicamente, a veces el dolor era tan fuerte que llegaba hasta las lágrimas y una vez incluso se desmayó (Ronald D. Laing reporta muchísimos casos similares).
El hecho es que ayer encontré este site bastante inofensivo sobre ceguera al cambio (change blindness), donde a través de varias imágenes experimentales se demuestra cómo pueden pasar desapercibidos objetos en movimiento a un ojo perfectamente sano. En este caso para mí es interesante porque constantemente localizo fotografías de objetos que "no estaban allí" mientras era captada la imagen. Muchas de estas fotos son errores en las cámaras (como quizás sea el caso de los famosos orbs y rods) o simples fraudes (no es casualidad que fue hasta la invención de la doble exposición, por ahí de 1860, que comenzaron a surgir fotos de "espíritus"), otras son sólo coincidencias morfológicas, como cuando una nube nos recuerda un objeto o hasta una persona (este tipo de imágenes se conocen como pareidolias).
Prácticamente todas las fotografías de objetos "insólitos" tienen una explicación, yo prefiero tener mis propias imágenes favoritas y no favorecer ninguna postura sobre su realidad o falsedad. Para algunos será incluso bastante obvio que son falsas, igual que para otros serán una manifestación auténtica de formas que pueden situarse en las fisuras de nuestra percepción. Para mí ambas posturas incluso pueden ser simultáneamente ciertas, la única razón que puedo dar es que también me planteó lo siguiente: ¿Cómo reaccionaríamos ante un objeto que nos fuera absolutamente desconocido y que no nos recuerde a nada que hayamos visto antes? Si nuestra percepción depende fundamentalmente de nuestra memoria quizás nuestra reacción no sería la que pensamos, tal vez no podríamos percibir un objeto completamente sobrenatural si lo tuviéramos enfrente, sino que lo asociaríamos inmediatamente a algo más conocido.
O tal vez ni siquiera sentiríamos miedo, quizás terminariamos tan fascinados como el ciervo en la noche, que mira fijamente los faros del vehículo que está a punto de derribarlo...
Defragmentar los procesos de percepción tiene sus constantes, una de las más recurrentes es cómo nuestra voluntad perfila los objetos, las formas exteriores deben pasar por cientos de procesos para ser entendidos. Cuando estos mecanismos se corrompen puede haber varias consecuencias, la peor es la desfiguración de la realidad, que es causa de varios síndromes que van de los temblores involuntarios a incluso un estado de representación somática de la realidad exterior. Aquí recuerdo a una chica que conocí alguna vez, que reportaba que literalmente le dolían las cosas, si alguien golpeaba una pared o rompía una simple hoja de papel, ella lo sentía físicamente, a veces el dolor era tan fuerte que llegaba hasta las lágrimas y una vez incluso se desmayó (Ronald D. Laing reporta muchísimos casos similares).
El hecho es que ayer encontré este site bastante inofensivo sobre ceguera al cambio (change blindness), donde a través de varias imágenes experimentales se demuestra cómo pueden pasar desapercibidos objetos en movimiento a un ojo perfectamente sano. En este caso para mí es interesante porque constantemente localizo fotografías de objetos que "no estaban allí" mientras era captada la imagen. Muchas de estas fotos son errores en las cámaras (como quizás sea el caso de los famosos orbs y rods) o simples fraudes (no es casualidad que fue hasta la invención de la doble exposición, por ahí de 1860, que comenzaron a surgir fotos de "espíritus"), otras son sólo coincidencias morfológicas, como cuando una nube nos recuerda un objeto o hasta una persona (este tipo de imágenes se conocen como pareidolias).
Prácticamente todas las fotografías de objetos "insólitos" tienen una explicación, yo prefiero tener mis propias imágenes favoritas y no favorecer ninguna postura sobre su realidad o falsedad. Para algunos será incluso bastante obvio que son falsas, igual que para otros serán una manifestación auténtica de formas que pueden situarse en las fisuras de nuestra percepción. Para mí ambas posturas incluso pueden ser simultáneamente ciertas, la única razón que puedo dar es que también me planteó lo siguiente: ¿Cómo reaccionaríamos ante un objeto que nos fuera absolutamente desconocido y que no nos recuerde a nada que hayamos visto antes? Si nuestra percepción depende fundamentalmente de nuestra memoria quizás nuestra reacción no sería la que pensamos, tal vez no podríamos percibir un objeto completamente sobrenatural si lo tuviéramos enfrente, sino que lo asociaríamos inmediatamente a algo más conocido.
O tal vez ni siquiera sentiríamos miedo, quizás terminariamos tan fascinados como el ciervo en la noche, que mira fijamente los faros del vehículo que está a punto de derribarlo...