Post-addendum: Este texto originalmente era un e-mail corporativo, un memorándum, que fue debidamente enviado hace unos pocos días... por supuesto el original tiene un formato y contenidos completamente diferentes, pero al terminarlo le vi otros potenciales, así que lo enriquecí, le di un tono más intimidante teniendo en mente las veladas amenazas epistolares de Relaciones peligrosas de Láclos y pues he aquí el resultado.
Yo creo que todos hemos tenido que lidiar con algún o alguna X, o hemos sido la X de alguien más, o lo somos, o lo seremos...
Lo siento mucho por usted, por su situación actual, pero piense que tarde o temprano siempre seremos víctimas de nuestras propias acciones, el pasado tiene esa cualidad impostergable de sobresaturar los espacios vacíos, de mantener abiertas las heridas infligidas por nuestras propias manos. Usted nos acusaba de falta de sinceridad, de hipocresía incluso, pero aquella tarde le demostramos que le decimos a la cara exactamente lo que pensamos de usted, y con toda la fuerza que sea necesaria...
Señor, puede mentirle a las personas todo lo que le plazca, pero al final siempre estaremos solos ante nosotros mismos, no tiene el talento suficiente para mentirse y simultáneamente tragarse las mentiras propias, todo cae por su propio peso... al final del día estará solo, ¿y qué pensara entonces? No crea que las personas que cree que lo admiran no se dan cuenta de todo este blindaje emocional basado en una parafernalia de meros espejismos, el único que queda mal parado siempre ha sido usted. Compruebelo.
Ponga mucha atención: lo único que queremos es que nos diga la verdad porque la merecemos por toda la confianza que alguna vez le depositamos. Tal vez no la dice porque es muy dolorosa para usted, pero no piense que puede afectar a otras personas por lo que a usted le suceda (y no estoy diciendo que no "puede" queriendo decir que no debe, sino que en verdad no puede, cada quien tiene sus propios demonios, somos inalcanzables en los extremos los unos a los otros, entre nosotros crece un muro, así que no hay nada que haga, nada que diga, que nos afecte, porque, insisto, el único afectado una y otra vez ha sido usted). Felizmente el tiempo solo va hacia una dirección, lamento no poder hacer nada por sus temores, pero si vale de algo el consejo de un amigo, le digo sinceramente que no son infundados.
Usted nunca aprecio nuestros esfuerzos, sencillamente porque está lleno de desprecio hacia los suyos propios. Siga actuando con el desdén hacia los demás con el que actúa y el resultado va a seguir persiguiéndolo el resto de su vida. ¿A quién le va a interesar ya compartir su trabajo con usted en esto, que creemos es lo que le gusta? Es un gremio muy reducido y lleno de leyes basadas en el honor, aunque usted no quiera creerlo. Y por cierto todo se sabe, las noticias corren rápido. Nosotros somos los más condescendientes pero eso no significa que seamos inofensivos. ¿Cuántas personas ya no le tienen ningún respeto? En serio, ¿cuántas? Nosotros le aceptamos a pesar de todos los rumores a su alrededor, ¿y lo único que hace es reafirmarlos? Señor, no siempre va a poder impresionar a las personas que no le conocen, tan inexpertas y timoratas como usted, lo único visible es su terrible inseguridad, que trata de ocultar con una soberbia ajena a los hechos, una soberbia ridícula por cierto.
No lamento haberlo conocido, finalmente personas como usted son las que aportan las pruebas más duras, pero también las menos perdurables. Nunca hemos dejado de ser nosotros nuestros propios adversarios, los más inquisitivos, los más feroces, pero también los únicos que valen la pena.
Al menos medítelo un poco...
Yo creo que todos hemos tenido que lidiar con algún o alguna X, o hemos sido la X de alguien más, o lo somos, o lo seremos...
Lo siento mucho por usted, por su situación actual, pero piense que tarde o temprano siempre seremos víctimas de nuestras propias acciones, el pasado tiene esa cualidad impostergable de sobresaturar los espacios vacíos, de mantener abiertas las heridas infligidas por nuestras propias manos. Usted nos acusaba de falta de sinceridad, de hipocresía incluso, pero aquella tarde le demostramos que le decimos a la cara exactamente lo que pensamos de usted, y con toda la fuerza que sea necesaria...
Señor, puede mentirle a las personas todo lo que le plazca, pero al final siempre estaremos solos ante nosotros mismos, no tiene el talento suficiente para mentirse y simultáneamente tragarse las mentiras propias, todo cae por su propio peso... al final del día estará solo, ¿y qué pensara entonces? No crea que las personas que cree que lo admiran no se dan cuenta de todo este blindaje emocional basado en una parafernalia de meros espejismos, el único que queda mal parado siempre ha sido usted. Compruebelo.
Ponga mucha atención: lo único que queremos es que nos diga la verdad porque la merecemos por toda la confianza que alguna vez le depositamos. Tal vez no la dice porque es muy dolorosa para usted, pero no piense que puede afectar a otras personas por lo que a usted le suceda (y no estoy diciendo que no "puede" queriendo decir que no debe, sino que en verdad no puede, cada quien tiene sus propios demonios, somos inalcanzables en los extremos los unos a los otros, entre nosotros crece un muro, así que no hay nada que haga, nada que diga, que nos afecte, porque, insisto, el único afectado una y otra vez ha sido usted). Felizmente el tiempo solo va hacia una dirección, lamento no poder hacer nada por sus temores, pero si vale de algo el consejo de un amigo, le digo sinceramente que no son infundados.
Usted nunca aprecio nuestros esfuerzos, sencillamente porque está lleno de desprecio hacia los suyos propios. Siga actuando con el desdén hacia los demás con el que actúa y el resultado va a seguir persiguiéndolo el resto de su vida. ¿A quién le va a interesar ya compartir su trabajo con usted en esto, que creemos es lo que le gusta? Es un gremio muy reducido y lleno de leyes basadas en el honor, aunque usted no quiera creerlo. Y por cierto todo se sabe, las noticias corren rápido. Nosotros somos los más condescendientes pero eso no significa que seamos inofensivos. ¿Cuántas personas ya no le tienen ningún respeto? En serio, ¿cuántas? Nosotros le aceptamos a pesar de todos los rumores a su alrededor, ¿y lo único que hace es reafirmarlos? Señor, no siempre va a poder impresionar a las personas que no le conocen, tan inexpertas y timoratas como usted, lo único visible es su terrible inseguridad, que trata de ocultar con una soberbia ajena a los hechos, una soberbia ridícula por cierto.
No lamento haberlo conocido, finalmente personas como usted son las que aportan las pruebas más duras, pero también las menos perdurables. Nunca hemos dejado de ser nosotros nuestros propios adversarios, los más inquisitivos, los más feroces, pero también los únicos que valen la pena.
Al menos medítelo un poco...