Con amor o con odio, pero siempre con violencia
Cesare Pavese
Cesare Pavese
Es difícil hablar honestamente desde uno mismo, al menos para mí lo es. En realidad lo más difícil es conciliar lo que se piensa con lo que se quiere pensar. Si se escribe algo como "estoy cansado, agotado, casi sin fuerzas", la frase luce como una verdad a medias. Entonces se puede ir hacia atrás en el tiempo a través de la memoria... ¿Cuál es la razón de esta pesadez? En estos días hay demasiado trabajo, demasiado qué hacer, demasiados compromisos que no pueden esperar más... pero finalmemnte no es una semana más agotadora que las demás. El calor está allí, flotando brutalmente alrededor de cada uno, pero tampoco sería suficiente razón para sentirse agobiado... entonces, ¿qué es?
La semana pasada fui traicionado. En estos días he estado frenando los cauces de esta traición, el trabajo de meses estuvo a punto de perderse en favor de una sola persona que, en el colmo de la mediocridad, supuso que éramos lo suficientemente ingenuos para seguir confiando en él, después de todo lo que ha hecho. Una sencilla investigación oportuna me reveló que nos estaba preparando una trampa (aún la prepara), quiere lucir superior ante personas a quienes le interesa impresionar... y por encima de todo, quiere dividirnos.
Yo no estoy obsesionado con la naturaleza de esta traición, no estoy perpetrando ninguna clase de venganza, no espero cambios de su parte tampoco... sencillamente estoy respondiendo en el nivel que importa, que es la consumación del proyecto inicial, la visión primordial que desde un principio defendimos. Eso está por encima de cualquier búsqueda personal de orgullo y saciedad, de cualquier urgencia por llenar un vacío. Forma parte de una esfera superior: el futuro que haremos posible, por encima de cualquier acción individual egoísta.
La esencia del crimen de la traición es, inicialmente, la ruptura de la confianza, pero en lo más profundo lo que emerge es una intensa incertidumbre. Esta incertidumbre cansa, doblega... pero su resolución deberá fortalecernos... no hay otra salida...
La semana pasada fui traicionado. En estos días he estado frenando los cauces de esta traición, el trabajo de meses estuvo a punto de perderse en favor de una sola persona que, en el colmo de la mediocridad, supuso que éramos lo suficientemente ingenuos para seguir confiando en él, después de todo lo que ha hecho. Una sencilla investigación oportuna me reveló que nos estaba preparando una trampa (aún la prepara), quiere lucir superior ante personas a quienes le interesa impresionar... y por encima de todo, quiere dividirnos.
Yo no estoy obsesionado con la naturaleza de esta traición, no estoy perpetrando ninguna clase de venganza, no espero cambios de su parte tampoco... sencillamente estoy respondiendo en el nivel que importa, que es la consumación del proyecto inicial, la visión primordial que desde un principio defendimos. Eso está por encima de cualquier búsqueda personal de orgullo y saciedad, de cualquier urgencia por llenar un vacío. Forma parte de una esfera superior: el futuro que haremos posible, por encima de cualquier acción individual egoísta.
La esencia del crimen de la traición es, inicialmente, la ruptura de la confianza, pero en lo más profundo lo que emerge es una intensa incertidumbre. Esta incertidumbre cansa, doblega... pero su resolución deberá fortalecernos... no hay otra salida...