3.15.2008

ESCALERA AL CIELO / EL CUERPO DEL DEBATE

Por Sergio González Rodríguez

La cultura mexicana contempla un panorama de grandes expectativas y cumplimientos a contracorriente. Cada vez surgen más inquietudes, aspiraciones y proyectos individuales que buscan ser convalidados por otros. Por desgracia, las dificultades económicas y los desencuentros y asimetrías entre la oferta y el consumo de las diversas propuestas dificultan la situación.

A pesar de las adversidades, hay quienes se empeñan en salir adelante con ideas creativas. En el campo editorial, uno de los sectores que se encuentran en una zona muy crítica en la actualidad, se ven ejemplos de esto. Tal es el caso de La Cifra Editorial, una empresa que inicia sus actividades con dos colecciones: El cuerpo descifrado y Literatura.

Dirigida por Carlos González Muñiz y coordinada por Samuel Rivera Tovar y Jorge Pérez Escamilla, La Cifra Editorial se apoya en particular, para su colección El cuerpo descifrado, en un grupo académico interdisciplinario, cuyo propósito consiste en publicar títulos que exploren el estatuto del cuerpo de cara a la época contemporánea y el futuro.

Por su parte, la colección Literatura se dispone a publicar autores internacionales de calidad que merecen revaloración en México: Pascal Quignard (Las sombras errantes), Heiner Müller (Máquina Hamlet o Hamletmaschine), Takeshi Kaiko (Una oscuridad luminosa) y Mario Levrero (La ciudad).

En sus diferencias de lengua y cultura, los autores seleccionados se han caracterizado por establecer estrategias de escritura al margen de las convenciones y los hábitos. En ellos, se lee una voluntad de experimentación expresiva de alto nivel. De aquellos autores quizás el más conocido entre los lectores mexicanos sea el dramaturgo alemán Heiner Müller, justo por la traducción de su obra Cuarteto que hizo Juan Villoro, y que dirigió en escena el fallecido Ludwik Margules, y porque Máquina Hamlet se ha convertido en un texto de culto, sobre todo entre la gente de teatro por la versión que hizo Sergio Santiago Madariaga.

Las obras de Takeshi Kaiko y Mario Levrero serán un verdadero hallazgo, gracias al prestigio que llegaron a tener ambos antes de morir. Acerca del libro de Pascal Quignard elegido por La Cifra Editorial, basta recordar que, en 2002, ganó el Premio Goncourt, el máximo galardón literario en Francia. La Cifra Editorial promete también atender autores nacionales.

Si es cierto que el mercado editorial en México está a la baja, quizás una forma de reactivarlo consista en diversificar la oferta para desarrollar nuevos intereses y congregar otros lectores. Varias veces se ha mostrado que el público resulta más sensible a los prestigios consolidados en otras latitudes que a los productos propios. Lo disímbolo puede conducir a trazar puentes que permitan una mayor consistencia de los gustos y colaboren a crear una apertura donde ahora se agostan las apreciaciones.

La Cifra Editorial inaugura su actividad con una obra de fuerte impacto: Adiós al cuerpo, de David Le Breton, cuyo subtítulo es Una teoría del cuerpo en el extremo contemporáneo, e incluye un prólogo de Elsa Muñiz y Mauricio List. El autor es sociólogo, antropólogo y académico francés, aparte de un excelente ensayista, y a lo largo de las páginas realiza un corte a profundidad del tema del cuerpo en la cultura, desde la génesis del concepto en Occidente hasta los usos, costumbres y prácticas individuales e institucionales que ha cobrado en los últimos tiempos.

Asiento del individuo y su identidad frente al mundo, el cuerpo ha dejado de ser lo que era debido a las transformaciones tecnológicas, que han hecho que en la actualidad se hable de éste en términos de una existencia emergente regida por lo postorgánico.

Respecto del cibersexo, por ejemplo, apunta el ensayista: el sexo virtual es, a fin de cuentas, puramente cerebral; da a los fantasmas sólidos cimientos imaginarios; ofrece la ventaja de prescindir del cuerpo y de protegerse en una versión higiénica y sin riesgo de placer, preservativo perfecto. En esas experiencias el cuerpo del sujeto es necesario únicamente como sitio de conexión; el cuerpo del Otro es superfluo.

Adiós al cuerpo estudia asimismo las resignificaciones culturales de éste, ya sea mediante el transexualismo o el arte corporalista, así como analiza lo referente a lo farmacológico y los programas de biotecnología, sea la gestación fuera del cuerpo, las correcciones médicas de la mujer procreativa, el embarazo masculino o las reinvenciones del embrión. De alguna manera, se recuperan las fronteras filosóficas que anticiparon Peter Sloterdijk, Donna Haraway o Mario Perniola.

La nueva carne o lo posthumano, temas preferidos de la ficción especulativa y los amantes de la cibercultura, reaparece en las reflexiones de David Le Breton, quien es claro al precisar que, a pesar de todos los cambios vislumbrados, del imperativo de fragmentación que rodea las intermediaciones de prótesis y máquinas, el núcleo de la humanidad depende del propio cuerpo tal como lo hemos conocido hasta ahora, en toda su fragilidad y su potencia.

Fuente: El Ángel de Reforma / MÉXICO
Domingo, 27 de mayo de 2007

Omnia Ad Unum