6.03.2008

LLEGAN AL LECTOR POR LA LIBRE

Diana Gutierrez


En medio de un reñido mercado editorial y con facilidades que da hoy la tecnología, muchos escritores recurren a las ediciones de autor para publicar y difundir su obra de forma independiente.

Luego de ser rechazados por las editoriales o de mandar si éxito sus libros a concurso, muchos escritores noveles optan por el camino de la autoedición para llegar al lector o, simplemente, para ver su obra impresa.

En México, para satisfacer las necesidades de estos autores existen editoriales que, además de tener una colección propia, ofrecen los servicios de edición, corrección, diseño, impresión, distribución y difusión, como Solar, Samsara, Amarillo, Codise, Andrógino, Nula, Anónimo Drama y la oaxaqueña Tábano.

Sin embargo, los editores Alejandro Zenker y Sergio Santiago Madariaga coinciden en que la autoedición es a veces un acto de vanidad entre los escritores incipientes, pues pocos son los que asumen el compromiso con el libro publicado y su promoción.

Según Zenker, editor de Ediciones del Ermitaño y Solar Servicios Editoriales, las editoriales planean el número de sus publicaciones anuales, por lo que no pueden dar cabida a más autores, y algunos de ellos, sin ánimos de esperar más tiempo, recurren a la autoedición.

Los costos de las ediciones de autor van desde los 5 mil pesos por 100 ejemplares hasta 40 mil pesos por un tiraje de mil libros, dependiendo el tipo de impresión, ya sea offset, o láser. Solar, Samsara y Amarillo imprimen las portadas de los libros en offset y las páginas en Láser, lo cual les permite una producción de 100 libros por menos de 10 mil pesos.

"Es muy fácil autoeditarse si tienes el dinero. Cualquier señora que ya acabó de criar a los hijos se pone a escribir algo que dice que son poemas y paga para que se los publiquen como libro, esa es la desventaja", señala Andrés Treviño, autor de Fragmentos del paisaje (2007), quien asegura que no se editaría un libro más.

EL ESCRITOR COMO PROMOTOR

La idea de autoedición [profesional] se ha extendido poco entre los autores y editores mexicanos, observa Sergio Santiago Madariaga, cofundador de Samsara Editorial.

La inscripción de la obra ante el Registro Público del Derecho de Autor del Instituto Nacional del Derecho de Autor, la asignación del número estándar internacional del libro (ISBN), el código de barras correspondiente y el registro de la portada son requisitos legales para la publicación de la obra, pero la mayoría de las veces se ignora.

"La gente que se autoedita no conoce los rigores de la edición y al enfrentarse con un mercado, la experiencia es bastante cruenta," dice [Sergio Santiago] Madariaga, cuya editorial produce [en promedio] un libro cada tres días y garantiza a los autores el cuidado legal del libro por publicarse.

Samsara ofrece también la presentación del libro autopublicado en alguna de las casas de cultura del DF, la promoción de la obra a través de su página web, la difusión vía correo electrónico a una base de datos de cerca 300 mil direcciones y la presencia en ferias del libro como las de Tijuana, León, Monterrey y el Zócalo capitalino; además incentiva la figura del escritor como promotor.

"Hay autores que quieren estar en todas las cadenas de librerías, pero lo que no se dice mucho es que las librerías son las responsables de elegir que títulos se quedan. Nosotros los ofrecemos a todas", señala [Sergio Santiago] Madariaga.

Sus clientes más frecuentes son los talleres de literatura para los que existen ciertos paquetes, cuyos precios oscilan entre los 3 mil y 5 mil pesos por 100 ejemplares de 50 páginas, explica.

LA TECNOLOGÍA A SU FAVOR.

Así como los blogs han favorecido la edición de textos con "tinta" electrónica, la introducción de la tecnología digital dio un vuelco a las editoriales que trabajaban en offset.

"Antes se tenía que pensar en un mínimo de mil ejemplares para la impresión en offset, y muchos escritores se quedaban con sus libros bajo la cama. Pero la tecnología digital permite la impresión de un ejemplar en adelante", dice Zenker.

"Además, se reimprime según las necesidades, y entre una edición y otra se pueden corregir erratas".

"Los libros se forman en programas como InDesign, Page Maker o Quark Xpress, se guardan en un archivo electrónico que se transfiere a la impresora láser que, en caso de las hojas, reproduce íntegras y, para las portadas que se requieran en offset, "quema" las placas tal como lo hacían los fotolitos hace 10 años.


(Periódico Reforma, 1 de Junio de 2008.)


Omnia Ad Unum