4.26.2007



Miércoles

4 de 7

La palabra que define el día es [lessness].


Día extraño, si los hay. De esos días en que se vaticina todo y se planea todo, pero no sucede nada. Es como si se hubiera repetido el martes y nadie se hubiera dado cuenta, de tan imposible el evento. Abrumado por la inercia, afligido por la línea. Día lleno de imágenes y presencias espectrales, día de notables ausencias. Aún con letargo, similar al jet lag, pero dentro de la propia patria. Es como si dentro de la casa o por lo menos del espacio personal el tiempo fuera otro, distinto del que se ve por la ventana. Sensación de desfase, alienación ante el tiempo de lo otro. Deja vú en deconstrucción.

Pero cuidado, no me estoy quejando, ni estoy deprimido. La ausencia de novedades y sorpresas siempre son bien recibidas. Tiempo onírico, eso es. ¿Acaso es de sorprender que cualquier cosa suceda en un sueño? Por varios casos, cercanos y lejanos, sé que la reacción ante algo demasiado inaudito siempre es de curiosidad. La voluntad decide por sí misma enterarse de todo, sin medir riesgos. Asomarse al horror de lo nuevo, aunque en ello vaya la vida.

Temprano se van cancelando todas mis citas, una a una, así que a eso de las 12 pm ya no tengo a qué salir. Decido quedarme en casa. Trabajo frenéticamente en varias cosas al mismo tiempo, con la clara intención de no terminar ninguna, estar justo allí al borde del fin y no rebasar esa línea. No place to hide. Envío varios correos pendientes (a veces tardo en responder aquellos que no son urgentes, dejando que se acumulen, como estirando una catapulta donde uno mismo se arrojará).

Nadie llama, sólo mensajes.

A eso de las 5 pm, me levanto de la estación de trabajo y veo el librero de los proyectos. Está saturado de papeles viejos. Así que comienzo a tomar lotes de hojas y separarlas entre lo útil y lo inútil. Es un viaje en el tiempo, había rezagos de proyectos de hace tres años. Todo va a la basura, excepto los originales de varias ilustraciones o los documentos legales y bancarios. Encuentro un par de cartas y postales que me detengo a leer y muchas fotos (saludos Susana, ¿algún día leerás esto?). Paso así las siguientes horas, pues de ahí voy hacia el librero principal, luego a las mesas y finalmente de vuelta a la estación. Es liberador deshacerse del peso muerto, deja espacio a lo "nuevo".

La noche comienza a llenarse de imágenes, secuencias desarticuladas... y los cuerpos. Los nuestros donde se desplazan los "yo"... y los ajenos.


Eres Jano

nunca Atena

instantes de Eurídice



Así que hay que atrincherarse en el trabajo. Continuo la lectura y edición de dos títulos ya muy pendientes, además de intentar corregir algo mío para un concurso (pero es poco recomendable autoeditarse, incluso imposible). A las 9 pm todo se vuelve crueldad, el ojo de Atlas está tan irritado que el globo ocular es completamente escarlata. Cuando decido terminar son las 4 am del jueves, pero vale para esta entrada porque sucedió en el mismo continuum. Aunque toda la impronta tiene un matiz de loop.

Sólo edición. Hoy no diseñé, hoy no tuve juntas, hoy no tomé "decisiones importantes".

Just the lessness...


Omnia Ad Unum