"¡Falsificadores del mundo! He aquí
la marca que no podrán duplicar: la marca interior"
William S. Burroughs
En medio de terribles dolores, hoy entreví durante un zapping otro programa de esos que vanaglorian superficialmente la Beat Generation, donde hablan las mismas vacas sagradas de siempre sobre las mismas suposiciones equivocadas que llevan arrastrando durante años, producto de su total falta de lectura crítica de lo que creen que promueven, de su eterna comodidad autocomplaciente (con contadas pero bienvenidas excepciones). Lo más patético fue ver a un decrépito personaje (visiblemente cansado de gastar en sus porquerías el dinero de todos vía los parasitajes institucionales de siempre), declarar que "los beats" eran adictos a las drogas porque así promovían la libertad.
JA JA JA JA JA
No comentaré la evidente contradicción de términos, pero sostener que un adicto es libre y que sólo piensa en cómo promover tal libertad, ni siquiera es arriesgado, sólo es producto de una muy elemental capacidad de razonar las temáticas y sus contextos, de no querer cuestionar nada, de no arriesgarse más allá de lo que es mayoritariamente aceptado (pareciera que todo lo que "sabe" es lo que le han enseñado en la tele). Ni siquiera lo justifica la peor ignorancia. Basta leer las primeras páginas de Naked Lunch de William S. Burroughs (especialmente la traducción de Aníbal Leal, editada en Argentina por Siglo Veinte, cómo se antoja volver a publicarla, pues es de sobra la mejor traducción que se ha hecho al español), para entrever que no hay tal promoción de las drogas, al contrario, de principio a fin es una topografía interminable de horrores tan antiguos como eternos, es el dolor de la carne que resuena hasta los dominios del espíritu.
Pero lo más importante es que en Naked Lunch no existe un contexto moral, este texto no promueve prejuicios y estereotipos predeterminados. Es muy importante subrayarlo, en Naked Lunch (y en el corpus general de la Beat Generation) NO EXISTE una invitación a consumir o no consumir narcóticos, sólo existe la experiencia pura y su proyección, traducida a sus imágenes internas y externas indiferenciadas, transfigurada en relato, que se transmite depurada y se deja al espectador en su naturaleza más cruda (Ojo expropiadores de la "contracultura", por eso el libro se llama "ALMUERZO DESNUDO"). Por cierto no estoy en contra de las drogas (sólo de aquellas que incrementan el poder de unos pocos sobre la voluntad de todos los demás, ya saben cuáles), yo estoy en contra de la mentira y su propaganda, cada quien debe buscar y defender su verdad individualmente, nuestra fuerza germinaría como una sola miasma de voluntades cada vez más dueñas de sí mismas, más allá de ideologías, de partidos políticos, de instituciones... esa sí sería la libertad que defendían entonces...
Lo siento, nada de lo que digo debe ser tomado personal, tan sólo quería sacarme de una vez por todas esta cochina espina (Exordium est)...