5.21.2005

1977

Supongo que no es muy notorio, incluso quizás es en este punto inimaginable (o tal vez aclare muchas cosas), pero una de las principales debilidades del autor de este blog es la estética del primer punk, que consiste básicamente en la aglomeración de elementos mediaticos dispares en formatos baratos, muchas veces bicromaticos, donde el dialogo entre los elementos siempre es violento, crudo y provocador, pero al mismo tiempo siempre está en primer plano una denuncia y disconformidad meditada. También me atraen sus elementos de excesivo hedonismo y sexualidad. Esto es particularmente notorio en el primer punk británico.

Siendo quizás injustamente ortodoxos (pero sin llegar al exceso de negar que actualmente hay bandas excelentes), podriamos estar de acuerdo con el libro Punk: The Illustrated History of a Music Revolution de Adrian Boot y Chris Salewicz, en que este movimiento fue concertado escasamente por una centena de personas en tan sólo tres años, las bandas surgian, grababan y desaparecían con una velocidad y originalidad hoy inimaginable.

Greil Marcus en Rastros de Carmín (lamentablemente publicado por Anagrama, es decir, desaparecido desde hace mucho de las librerías debido a su incalificable política editorial), señala:


Hoy, y seguramente durante muchos años más, el impacto del punk consiste en que cada una de sus grabaciones más logradas aún suenan con la misma intensidad que el día en que fueron producidas.... las vertientes en su sonido son tan variadas que incluso podríamos llegar a la conclusión de que es un movimiento que dice absolutamente todo lo que es posible decir.


Y este influjo no es meramente musical, su fuerza estética está también presente en la pintura, la literatura, el teatro, el cómic y el cine. Un ejemplo clásico es la inolvidable película Jubilee, de Derek Jarman, director que asimiló audazmente esta estética en el resto de su fascinante cinematografía.


Por ello fue una grata sorpresa encontrar hoy este sitio.




Jubilee

Omnia Ad Unum