12.31.2005
12.24.2005
12.19.2005
12.10.2005
Mi nombre es Lucas
1.
Mi nombre es Lucas. Yo no escogí ese nombre, me fue impuesto desde hace mucho tiempo atrás. Vivo entre seres que no son como yo, todo lo que me rodea es muy distinto a mí. He dedicado gran parte de mi vida a tratar de entender cuáles son las reglas que rigen este mundo, pero lo único que sé es que, en menor o mayor medida, todos comparten la misma confusión.
Al principio las cosas eran sencillas. Mi infancia fue muy placentera, aunque sólo recuerdo una cálida oscuridad, el embriagador aroma de mi madre, la humedad de la leche materna en la boca. Rememorar su sabor inmediatamente me produce una sensación de seguridad y me aferro a esa memoria cada vez que estoy en peligro. Nunca volvería a tener tanta certidumbre.
No sé cuánto tiempo duró esa vida, en ese entonces no sabía contar los días. En todo caso fue muy poco: Una brusca transición de la oscuridad a la luz señala la separación de mi madre. Entonces inmediatamente sigue esto, este lugar. Me rodean unas inmensas planicies verdes, los árboles son escasos. Todo es vegetal, hasta donde alcanza la vista.
Y están los hombres, las mujeres, los niños. Van de un lado al otro, se reúnen y se miran entre sí, se organizan. O no hacen nada, simplemente sentados o de pie, parece que nada pasa, pero sé que no es así. Todo lo hacen de una forma misteriosa, todo tiene un plan, un fin. Me ha costado mucho tiempo y observación minuciosa entender que todo lo que hacen no se debe al azar. Hay reglas, siempre las hay. Y yo quiero entender esas reglas.
Al principio me llevaban de un lugar a otro, con una fuerza irresistible. Era muy placentero y no tenía un papel particular, vivía para ser contemplado. Me sonreían y me acariciaban, a veces varias horas al día, especialmente las niñas. Entonces, una noche, llegó un anciano. Me tenía sentado en sus piernas y pasaba por mi espalda unas inmensas y pestilentes manos. No dejaba de estremecerme un extraño presentimiento.
El anciano habló:
– Éste es un excelente gato ratonero, ¿por qué está tan gordo?
– Nunca ha querido cazar.
– Ni lo hará si lo siguen consintiendo. Si quieres que este gato sirva para algo, enciérralo en el granero y no le des comida. Eso despertará sus instintos.
Esa misma noche me encerraron en una oscuridad a la que mis ojos se acostumbraron rápidamente. Tuve miedo y lloré por varias horas, pero nadie vino. Entonces comencé a explorar ese nuevo espacio hasta que memoricé cada objeto y cada vacío. Al día siguiente vi la luz del sol recorrer los resquicios entre las tablas de madera, llegó y se fue muy pronto. A la tarde del segundo día, sentí hambre por primera vez.
El hambre es como un viaje sin movimiento. Me llevó a un lugar que, aunque conocido, nunca había visto antes. Comencé a sentir un dolor y un cansancio que me destrozaba los nervios. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? Por mi mente parpadeaba el recuerdo de mi madre y de las caricias humanas, mi boca se llenaba con el sabor espectral de la dulzura. Enfebrecí, inmerso en recuerdos de protección y comida. Era el final del viaje, porque este mundo nuevo resultó lleno de vida.
Con las patas en el suelo, replegué todo mi cuerpo y comencé a escuchar todo a mi alrededor. Y a aspirar intensamente. Mi mente comenzó a trazar líneas imaginarias, me di cuenta que, pese a las apariencias, no estaba sólo: Había un inmenso reino justo debajo de mí, arrastrándose súbitamente y golpeando los túneles con una creciente inquietud. Pues ese reino tenía miedo de mí. Podía oler su terror, escuchar sus gritos. Ellos podían presentirme, sabían algo que yo no sabía aún.
Y entonces sucedió: Embriagado por su temor me dirigí justo a donde asomaba un único agujero, miré fijamente escuchando todo el caos que me llegaba en oleadas de ecos. Allá abajo se estaba perpetuando un plan, un plan que, a diferencia de los planes humanos, poseía intenciones claras. Comenzó a invadirme una sensación de furia, furia violenta, pero completamente enfocada en el hedor y los murmullos que surgían de ese agujero, cada vez estaban más cerca. A ellos y a mí nos invadía esa misma rabia, cuando vi los primeros atisbos de esa forma de vida estuve a punto de abalanzarme, pero algo me sostuvo, espera, espera, era la voz del hambre. Del túnel surgió un animal pequeño y miserable, viejo, enfermo. Estaba gravemente herido pues sus iguales lo habían estado empujando a mordidas desde lo más profundo. Desesperado, el animal trataba de regresar pero no se lo permitieron. Muy pronto estuvo completamente fuera, me miró y me gritó con una voz bañada en rabia y pánico. Todo mi ser se arrojó a él, ciego e irracional. Hendí mis garras en la áspera piel, me llené la boca con la amargura de su sangre, de sus vísceras. Así supe por primera vez lo que era la muerte, a través de mis propios actos, para preservar mi vida.
Al día siguiente descubrieron los vestigios de mi matanza, lo cual causó una gran alegría entre mis captores. Me dejaron libre pero no me alimentaron de nuevo. Comencé a cazar habitualmente, ya nunca más dejaría de hacerlo.
2.
Todos los días he matado al menos una vez. Conozco detalladamente todo mi territorio de caza, he aprendido a emboscar y a caminar con sigilo. Muy pronto dejé de cazar ratones enfermos, ahora atacó todo lo que esté a mi alcancé. De vez en cuando la madriguera me arroja un ratón viejo, pero eso ya sólo les concede unas pocas horas de tregua.
Un día, en mis primeros tiempos de exploración, descubrí algo que me llenaría de más incertidumbre que nunca. En un lugar apartado de la casa hay un espacio rodeado de alambre de púas y cubierto de tablas de cartón. De su interior me llegaba un aroma extraño, indescriptible; así como un sonido incomprensible, pero vivo. Los hombres visitaban ese lugar con cierta frecuencia. Muy pronto descubrí un agujero y miré al interior. Allí había un ser como nunca antes había visto, su cuerpo estaba lleno de colores deslumbrantes y formas exóticas. Era bellísimo, pero sus ojos estaban vacíos de entendimiento, era completamente idiota.
Lo que sucedió después fue todavía más extraño. Llegó el hombre, abrió la complicada cerradura y comenzó a esparcir una pasta amarillenta en una fosa. Era comida. El animal comió indolente de la fosa hasta hartarse, incluso un poco más. Así fue como de nuevo todas mis certezas resultaron inválidas. Día a día me asomaba por el agujero en el cartón y veía a este ser misterioso engrosarse y prosperar. Las mujeres y la niña también lo visitaban y alimentaban, le hablaban con una voz falsa, más aguda, lo acariciaban y hacían chasquidos con la boca. Pero el animal era demasiado idiota para comprender el afecto. No podía darse cuenta, sólo se abalanzaba sobre la pasta y tragaba.
No entendí estos eventos, pero me dispuse a buscar una explicación. El recuerdo de la dulzura de mi vida anterior me dominó y me llenaba de una extraña envidia. Cada noche terminaba saturado de conjeturas. El tiempo pasó y comenzó a sentirse un clima helado, las presas escasearon y muy pronto comencé a cazar incluso insectos.
Una mañana tuve un presentimiento que me heló la sangre, caminé pesadamente hacia donde estaba el animal y miré por el agujero como de costumbre. Pero esta vez todo fue distinto, el hombre abrió la puerta y tomó al animal del cuello, lo sacó de su cautiverio y lo llevó al patio de la casa. Me fue fácil mirar desde el pasillo. El aire viciado del interior concentró el hedor del miedo que flotaba en el aire, así fue como supe de antemano lo que sucedería. Miré al hombre usar su fuerza brutal y romper el frágil cuello de su mimada criatura, le cortó la cabeza y después colgó el cuerpo sobre una olla, para vaciar su sangre, después lo dejó en carne viva. El resto de la tarde hubo mucha actividad que me dejó absorto: Fulgores, aromas y figuras que me eran completamente desconocidos. De vez en cuando reventaba una carcajada, mi mente se llenó de alucinaciones. El relincho herido de los caballos en el establo se mezclaba con mis pensamientos, me sentí atacado por una fiebre como nunca había conocido.
Aquella noche me aquejaron terribles pesadillas, donde mi cabeza aún viva atestiguaba a los hombres ritualizar y devorar mi cuerpo. Veía mis huesos amontonarse sobre la mesa y escuchaba sus carcajadas, más feroces que nunca. Vi un paisaje hecho de carne líquida bajo un cielo dorado, de donde emergía hinchado de vida el esqueleto del animal idiota. Me miraba fijamente con sus cuencas vacías, imprecándome, retándome desde su extraña e infinitamente superior relación con los hombres.
Esa madrugada, en medio de esta dolorosa fiebre, decidí ocultarme y nunca volver a tener el menor contacto con las personas.
3.
Pasó el tiempo y me habitué a mi nueva vida, me ocultaba de día y cazaba de noche. Con gran alivio descubrí que muy pronto otro animal ocupaba el lugar del anterior. Sabía lo que sucedería y cuándo. Era la única certeza en mi mundo. Tal y como predije, sucedió lo mismo, pero ya no me causó pesadillas. Y al año siguiente igual. Y al siguiente.
Pensé que esto sucedería para siempre, hasta que empecé a notar un patrón nuevo: La casa se hacia más grande, los vegetales se extendían más lejos. Incluso llegaron criaturas nuevas. Algunas fueron devoradas casi de inmediato, otras fueron despojadas poco a poco. Pero, más que nada, las personas engordaban.
Yo había desarrollado un escondite muy efectivo a un lado del granero, cerca del pozo para que nunca me faltara agua. Me ocultaba en un agujero espacioso y cómodo donde el calor y lo áspero de la tierra me mantenían al margen del resto de la actividad humana. Nada me distraía de mis pensamientos, así fue como pude notar el primer y casi imperceptible movimiento en la tierra. Sentí un temblor que permanecía constante y creciente, supe que algo estaba cada vez más cerca. De noche escalaba los árboles más altos y escudriñaba el aire. Me llegaban fragancias nuevas, ritmos terrestres incomprensibles. Y una noche vislumbré una luz terrible.
Durante los días, notaba cada vez más embriagador, más presente, el aroma del miedo. Miedo humano, que huele como ningún otro miedo. Ese hedor me permitía vislumbrar cosas indescriptibles, una maraña de imágenes reveladoras se desprendía de ese aroma. Me sentí conmocionado y excitado a la vez. Supe entonces que conocería muy pronto otro tipo de criatura.
Una noche los hombres se fueron, todos sus objetos quedaron en silencio. Creí que el significado de sus actividades quedaría oculto para siempre.
Pero no fue así, al día siguiente regresaron, pero no estaban solos. Con ellos llegaron otras criaturas que nunca había visto antes, pero tenían un olor abismal, indescriptible. Yo miré sin comprender al principio, ¿qué criaturas son estas? Y entonces llegó a mí la verdad: Insectos.
Insectos, sí, de piel bruñida y dura. Con caparazones metálicos imposibles de masticar, de espinas alargadas y filosas que se atoran en la garganta. Pero estos insectos eran inmensos, tan grandes como una persona, algunos incluso mucho más. Nunca vi sus ojos, pero vi con gran admiración los grandes esfuerzos que realizaban para imitar a los hombres, lo cual los hacía ver todavía más grotescos.
Así fue como finalmente conocí al cazador de lo que fueron mis captores. Vi que en lugar de usar sus manos usaban el grito, un grito letal que perfora los cuerpos. Pronto el resto de los insectos destruyeron los campos, saquearon la casa, vaciaron el granero y, finalmente, se llevaron a rastras a todos los animales que habían sido de las personas.
Pasaron dos largos días antes de que considerara seguro salir de mi escondite. A mi alrededor no quedaba nada de lo que había conocido antes. Ya no había fuego, ni gritos, Y en el aire ya no dominaba ese omnipresente aroma a miedo humano, tan intenso hacia unas pocas horas.
Lo más natural, en mi experiencia, es que habían sido devorados. El hedor del miedo siempre era el preludio ineludible del acto de devorar. Y, sin embargo, el rastro humano claramente estaba trazado en el aire, afirmando lo contrario. Me aproximé a una inmensa fosa, varias veces más grande que la fosa con la que alimentaban al animal idiota, allí los encontré a todos juntos, intocados pero sin duda vacíos. Así fue como tuve una nueva revelación sobre el orden del mundo: No sólo se devora la carne, hay algo más en la vida que, arrebatada, también alimenta.
Me aproximé impregnado con una extraña emoción a una de las manos más añoradas, los recuerdos de la primera dulzura y calidez palpitaban frenéticos en mi mente. Nunca más separaría esa nostalgia del aroma de la sangre.
Y los cuerpos, aquello era un hervidero de fragancias embriagantes, su percepción parecía describir toda la complejidad y misterio de su mundo a través de sus alimentos: vegetales, carne, materias para las que no tengo nombre… era un paisaje que en su negrura prometía una nueva vitalidad.
Así, me acerqué mucho más a esa mano y mi cuerpo hambriento vivió renovado el mismo empuje de la primera cacería. Mi dentellada dudó sólo un instante, un breve instante en que me invadió un extraño dilema.
Pero entonces recordé que, desde muy temprana edad, aprendí que el amor es un sacrificio…
| Hamletmaschine | 13:43
12.08.2005
11.12.2005
Deconstrucción
después de días y días y días
de intenso, variado y complejo trabajo
la más desconcertante sin duda es
la sensación de desintegrarse
exactamente igual que un aerolito
| Hamletmaschine | 10:14
11.07.2005
10.17.2005
Dirigiendo
Este cortometraje está grabado en video, la proporción de la pantalla es de 16:9 (widescreen). Su duración aproximada será de 25 minutos, en color saturado y blanco y negro de alto contraste. Esta secuencia de filmación no corresponde a la edición final.
VIERNES 12:00 PM - 10:30 PM
I.
Estamos ante una estatua de mármol femenina y fracturada. Frente a ella hay una fuente de aguas turbias, nos rodean árboles y materiales de construcción. Grabamos espacios vacíos y devastación. Después marcamos la secuencia con actores, primero en video y después realizamos fotografías en blanco y negro, se decide fragmentar en el video en viñetas estáticas, a la manera del cómic. Se evita cualquier indicación extra de localización y cotidianidad, se utiliza lo mejor posible la dramática luz del sol poniente, el blanco y negro en alto contraste intensifica la psicología de la secuencia.
II.
Grabamos secuencias de recuerdos, comenzamos a saturar el color. Primera toma; en el estacionamiento una pareja pasando cerca de la cámara donde la mujer de pronto ríe a carcajadas y ve de reojo a la cámara. Después caminamos por el centro de la ciudad, grabamos otra toma en una calle con comercios y por un callejón donde unos niños juegan y una mujer trae algunas bolsas pesadas con enseres; un hombre camina junto a nosotros y nos habla, despreocupado e informal, la cámara mira por el borde de los edificios el cielo del atardecer. Terminamos en una cantina con interiores en rojo, amarillo sucio y naranja. Allí vemos parejas de prostitutas y sus clientes, el ojo de la cámara comparte la mesa con el resto de los actores, que disertan sobre la ilusión de la dignidad. De pronto, una mujer nos habla, la cámara gira y vemos su rostro, nos dice que ya es hora "Vamos, ya es hora... ya es hora", su rostro se aproxima, cual si nos diera un beso.
III.
Al final del día, estamos en el interior de una edificio vetusto, donde algunas familias viven en cuartos que tienen cortinas de plástico en lugar de puertas, hay manchas de humedad y grietas, las escaleras están rotas en varios puntos. Grabamos en modalidad de visión nocturna, para multiplicar el efecto de sobrenaturalidad, a una mujer quien irrumpe en medio de estos espacios como una figura espectral... Esta mujer describe en un sereno monologo varias de sus muertes, de sus suicidios, de su constante autodestrucción. Da voz a las mujeres que han vivido una inmensa humillación en silencio. También se retrata una enorme mariposa nocturna, que descansa quieta junto a una lámpara de neón. Su inmovilidad complementa la irracionalidad de la presencia.
SABADO 12:30 PM - 1:00 AM
Locación: cuarto cerrado, adaptado como sala de proyección, en un noveno piso.
Cabaret. La protagonista principal está recostada en medio de una superficie negra y rodeada de una media luna compuesta de velas rojas (cada vela tiene la forma de un símbolo: un hombre, una mujer, un esqueleto, un demonio, una pareja fundida, un falo, una vulva), conforme avanza la secuencia habla en inglés a un amante ausente, descarnado, ella se levanta y usa una larga espada como un bastón de baile, su vestuario parece más algo surgido de un cabaret alemán de los años veinte que el vesturario contemporáneo que realmente es, habla ante un reflector, la vemos desde lo alto, nos mira a los ojos, en su voz hay reproche aunque también dulzura. Esta escena es grabada en color.
Possession. Violenta, la protagonista vestida de rojo y negro recorre incesantemente el frente y anverso de la pantalla de proyección, mientras dice en español el mismo monologo que antes dijo plácidamente. La vamos siguiendo por detrás, al fondo está el staff haciendo ruido, golpeándose y discutiendo rabiosamente, la cámara y la protagonista continúan girando mientras en la pantalla se proyectan diversas diapositivas relacionadas con la persecución de brujas medieval. La protagonista interactúa con varios personajes, que representan una tirada del tarot, y quienes realizan acciones muy precisas: El loco, el diablo, el mago, la sacerdotisa... la secuencia termina repentinamente. Esta escena es grabada en blanco y negro.
Peeping Tom. Miramos detrás de unas largas ventanas, la protagonista se aproxima a una superficie rosa rectangular que se halla en el piso, comienza a descalzarse, a desvestirse, pero no del todo, sólo queda en ropa interior, No se da cuenta de nuestra presencia, vamos aproximándonos a la puerta y entonces transgredimos su espacio, la vemos dormir, ella nunca nos percibe. Esta secuencia tiene un matiz de un voyeurismo casi ingenuo. Grabada como una stag movie de los treintas, aunque en color.
Balthus. Miramos la puerta principal de la sala de proyección, al final del pasillo luce un cuarto lleno de computadoras abandonadas, oficinas vacías. La cámara gira primero a la izquierda, vemos al grupo de grabación con ropas informales, alguno duerme, una mujer está sentada en las piernas de un hombre, ella está leyéndole al oído, como una niña pequeña. La cámara entonces gira a la derecha y miramos una mesa negra, sobre la mesa hay un cuerpo cubierto con una sábana, miramos el cuerpo, en su pie hay una etiqueta, donde una identidad está tachada y sustituida por otra. Recorremos su cuerpo, su quietud de muerte.
Jan Saudek. Estamos en el mismo espacio de la secuencia voyeurista. Esta vez la protagonista comparte el espacio con un hombre semidesnudo, encadenado, acuclillado y “vestido” con cintas negras. Ella se sienta sobre él y repite una letanía donde va despidiéndose de diversas debilidades de su personalidad, las escribe y las arroja a una pequeño recipiente frente a ella. Esta escena está grabada con la "torpeza" típica de una mala película hardcore, con tres puntos fijos clave como composiciones sencillas de la fotografía erótica. Todos los lugares comunes del encuadre pornográfico están presentes y son a propósito. El fuego irrumpe, material.
Perro andaluz. La protagonista, ante una pantalla blanca, va hiriéndose el rostro con una navaja que sostiene entre sus largas uñas, de las heridas surgen rastros de sangre, que caen por su rostro, como las lágrimas de una virgen milagrosa. Esta secuencia es en blanco y negro, primero porque el impacto de la sangre se atenúa (aunque no se revierte); y segundo, porque es necesario un contraste con las otras escenas. Quizás al final la escena se vire a negativo a fin sobrecargar la atmósfera.
Como complemento final, se grabaron en color varias opiniones del grupo de filmación en un elevador, esta secuencia de entrevistas termina en el sótano del edificio, entre contornos y sombras.
El domingo compilé material para la música de fondo. Faltan al menos tres secuencias que filmar. El llamado es el miércoles 19. Las sesiones de edición serán el próximo sábado y domingo, debemos terminar el lunes.
El nombre del video aún es un secreto...
| Hamletmaschine | 11:48
10.11.2005
10.06.2005
Rebelión
Me voy a la revolución, armado con las humillaciones de mi vida. Tiene buen sabor, mi sangre...
Heiner Müller, La Misión (Der Auftrag), 1979
| Hamletmaschine | 10:22
10.01.2005
Delirio
Deliro por saber
qué seres como yo
bloqueados ante la muerte
y abiertos ante el asombro
se entregan a las hogueras
que permite la noche
Heridos
por saber
el destino de los olvidados
en un vals de estrellas...
Diane Ackerman, Lady Faustus, 1983
Feliz cumpleaños Mar, este post es para ti...
| Hamletmaschine | 08:27
9.25.2005
Antimetafísica
El laicismo
(entendido no como antirreligiosidad
sino como antimetafísica)
es una de las ortodoxias más excluyentes
Pues pretende negar
el misterio detrás la inmensa belleza
presentida y manifiesta en el mundo
Belleza vislumbrada
desde las regiones más secretas del yo
que arrasa a la razón desde su mismo centro
y la expulsa
triunfal
de sus dominios...
Julius Evola, Máscara y rostro del espiritualismo contemporáneo, 1971
Imagen: Oblivion, Heaven & Hell, 2004
| Hamletmaschine | 10:32
9.21.2005
9.17.2005
El rito del sol negro
abajo
al pie del declive amargo
cruelmente desesperado del corazón
se abre un círculo con seis cruces
abajo muy abajo
como encajado en la tierra madre
pero desgarrado del abrazo inmundo de la madre
que babea
el suelo de negro carbón
es el único lugar húmedo
sobre esta inmensa piedra
y allí
hay seis hombres
uno por cada sol
y un séptimo hombre
vestido de negro y carne roja
encarna al sol más violento
este séptimo hombre
es un caballo
un caballo con un hombre que lo acompaña
pero el caballo
es el sol
no el hombre
a ritmo desgarrador de un tambor y una larga y extraña trompeta
los seis hombres
que estaban recostados
enroscados a ras de la tierra
brotan sucesivos
como girasoles
suelos que giran
lotos de agua
y cada brote
se corresponde con el gong cada vez más sombrío
y contenido
del tambor
hasta que de pronto se ve llegar a todo galope
con una velocidad de vértigo
al último sol
al primer hombre
al caballo negro
y sobre él
un hombre desnudo
todo desnudo
y virgen
después de saltar avanzan describiendo
meandros circulares
el caballo de carne sangrante enloquece
y caracolea sin cesar
en la cima del risco
hasta que los seis hombres
terminan de rodear
las seis cruces
la mayor tensión del rito
es precisamente
la abolición de la cruz
cuando terminan de girar
arrancan
las cruces de la tierra
y el hombre desnudo
sobre el caballo
enarbola
una inmensa herradura
empapada
en la sangre de una cuchillada...
| Hamletmaschine | 12:19
9.15.2005
Días de trámites
Pese a las simplificaciones, la estandarización y la rapidez
una prisión en ruinas sigue siendo una prisión...
| Hamletmaschine | 07:14
9.12.2005
9.01.2005
XIX
Cuando por fin duermo, sueño esto:
De noche, en las calles de una ciudad nevada, camino pesadamente con una canasta en la mano. Me aproximo a una puerta de lo que a todas luces es una enorme librería, miro a mi alrededor y dejo la canasta bajo el dintel. Remuevo un poco los trapos en el canasto, dentro descansa plácidamente un pequeño gato color crema de manchas grises, lo acaricio y me marcho. A pocas calles de ahí se levanta un puente sobre un río tranquilo, miro a mi alrededor por última vez y me lanzo a las aguas, me dejo hundir. Sobreviene un lapso de oscuridad y confusión, entonces abruptamente despierto.
Estoy en un cuarto en penumbra, tengo la certeza de que han pasado varios días, al final de la cama está sentada una mujer (que en la mal llamada vida real sí conozco), tiene el gato en su regazo, se levanta y me mira fijamente, más que con compasión, con una suerte de inquietud y curiosidad combinada, entonces sonríe y dice, mirando a un lado con los ojos cerrados: "Regularmente no me meto con el infierno de los demás, pero esta vez ha sido el mismo Satán quien me ha pedido intervenir" [¿Por qué buscan tanto esta frase desde Perú? Por favor mandame un e-mail si tú sabes por qué, gracias].
Poco tiempo después es de día, escribo estos mismos eventos en una carta, en una hoja de un papel grueso y pesado como nunca he visto, con unas elegantes letras de tinta largas de cuerpo angosto y diminuto.
Al final firmo la carta: mi nombre es August Strindberg...
| Hamletmaschine | 10:48
8.28.2005
8.23.2005
Reliquia
***
Imagen removida, previa amenaza de demanda:
Yo nunca me adjudiqué la autoría de la imagen,
antes al contrario, aquí había un link al sitio del autor.
Francamente, ¿para qué se es artista
si no compartes tu trabajo con otros?
¿De qué se trata entonces la internet?
Sólo eso faltaba:
contaminar con los mismos venenos
del mundo real
al mundo virtual
Sólo eso faltaba
***
que entre nosotros
existe una criatura
antigua y violenta
y esta criatura sabe
que estuvo en el Principio
y estará en el Final
pero incluso ella necesita de un refugio
y comparte nuestra confusión...
| Hamletmaschine | 10:02
8.22.2005
Hoy...
Por otro lado, hay dos noticias que quisiera comentar, primero quiero extender una felicitacion a nuestro amigo Ivan, porque su excelente blog de diseño es la recomendación semanal en Blogs México.
Por otro lado, le han dedicado a Blogueratura, con erratas y todo, la portada de la sección cultural del periodico El Universal, aquí está la nota en línea. Un fuerte abrazo para Vanessa por este muy merecido logro.
Y eso es todo, nos vemos en la tarde...
| Hamletmaschine | 00:01
8.20.2005
Jugada
después de todo
no es tan cierta esa ineludible insinuación
ese inefable remordimiento
un instinto secreto revela la impureza oculta en el triunfo
cierta vulgaridad en la victoria
el sucio pesebre donde nace la buena fortuna
la revelación
la catarsis
se vislumbra mejor en el infortunio
en la tragedia
en cada… inevitable… jaque mate…
Imagen: Samuel Bak, Triumvirate, 2003
| Hamletmaschine | 10:45
8.16.2005
8.13.2005
Lechuza
Lo sé porque yo mismo la he visto: Su sombra es más real que su cuerpo, que cada noche queda detrás mientras ella por fin se va, transfigurada en lechuza...
| Hamletmaschine | 10:34
8.08.2005
Caída
nunca lo sabrás
pero aquel día
yo te vi caer
y sólo yo sé
que mientras caías
nunca soltaste
lo que habías robado
y cuando casualmente camino
allí donde has caído
nunca pienso en ti
pienso en ti
cuando de vez en cuando
recuerdo que yo también caeré
lo siento
lo lamento
pero no demasiado...
Excusa: Amber Asylum, I Saw you Fall
| Hamletmaschine | 19:40
8.06.2005
Spleen
Cuando el cielo bajo y lerdo pesa como una losa,
sobre este espíritu que llora su larga melancolía,
y el horizonte abraza al círculo que permite
vislumbrar un día oscuro, más triste que sus noches;
Cuando la tierra se transforma en una húmeda celda,
donde toda esperanza, cual murciélago,
va batiendo la pared de su ala tímida,
golpeando insistente la putrefacción;
Cuando la lluvia extiende sus inmensos trazos
emulando los barrotes de una vasta prisión,
y un pueblo silente de arañas infames
viene y teje su tela, al fondo de su razón,
Las campanas se exaltan, súbitas y furiosas,
lanzan hacia el cielo un aterrador aullido
como espíritus errantes y desterrados
que, obstinados, irrumpen y claman.
Largas carrozas fúnebres, sin percusiones ni música,
van desfilando lentamente ante mi alma;
la esperanza derrotada llora, y la angustia atroz y déspota,
clava triunfal su negra bandera en mi cráneo vencido...
Imagen: El Greco, Una Fábula
(Esta traducción la hice yo)
| Hamletmaschine | 06:27
8.01.2005
7.30.2005
7.28.2005
Oro y petróleo
Corredores de yeso descascarado y grasiento donde se bifurcan cientos de finas grietas, hay varias puertas que comunican con un conglomerado de cuartos vacíos y otros túneles, como un laberinto. Al final del pasillo se abre un inmenso espacio semejante a un centro comercial, sólo que éste es un anillo rectangular que rodea una amplia extensión de agua (como si fuera una piscina), en lugar de negocios, estos cubículos son vivendas. Si uno se asoma desde el pasamanos se vislumbran por lo menos tres pisos más hacia abajo. Varias de las puertas están abiertas y dejan entrever que los departamentos poseen un único cuarto, pero es muy amplio, al fondo entra un sol macilento que por primera vez proyecta un lánguido matiz dorado.
Los habitantes de la construcción hacen su vida normal, que al parecer transcurre cotidianamente desde dentro de las habitaciones sin más. Los niños corren por los andadores y algunas mujeres conversan tranquilamente entre sí. Pese a esta explosión de vida, toda la estructura luce abandonada, en ruinas.
Rodeando el anillo que conforma las viviendas se ubican varias escaleras que suben hacia los pisos más altos, muy pronto me encuentro en el último piso, al final de las escaleras hay una puerta de metal reforzada con una manivela hidráulica en su centro, semejante a la de los navíos. Al abrirla de pronto penetra una ligera brisa salada. Estoy en el borde del edificio, donde debería estar el techo sólo hay una planicie de concreto delimitado por un barandal, al llegar a la orilla se despliega el paisaje exterior de la construcción: un inmenso mar.
No me queda claro si la estructura donde me hallo está cimentada sobre el suelo marino o si flota en su superficie. Lo que si es obvio es que aparentemente no se mueve, pero eso puede deberse a que las aguas (a diferencia del enloquecido océano de la vida real) tampoco se mueve, está atroz y sobrenaturalmente estático, ni siquiera hay viento... nada sobresale por el horizonte en ninguna de las direcciones donde me asomo, salvo algunas gaviotas.
El mar, si se le puede denominar así, es de un color oscuro, negruzco. Las aguas son turbias y tienen muy poca visibilidad hacia su interior, apenas y un metro, si acaso. Eso y el cielo de un intenso dorado dan una sensación de antigüedad, de paisaje mítico, de crepúsculo eterno.
Rodeo el perímetro del barandal hasta que doy vuelta y llego al otro lado de la estructura. Frente a mí, a unos quince metros, flota el cadáver de una ballena, quizás un cachalote. Las aves picotean su carne, al igual que varios cangrejos rojizos y algunos peces inidentificables. En la cola se arremolina un pulpo voraz, el abdomen comienza a ser consumido por un tiburón blanco que, a dentelladas, agrega al fin un poco de violencia a la escena...
Me rodean rascacielos, es de noche. Suena una alarma semejante a las sirenas antibombardeo, los transeúntes entran en un sólo edificio de fachada transparente y, a diferencia de las maniobras subterráneas de emergencia normales, la gente sube hacia los techos, huyen hacia arriba, donde se aglomera despreocupada. Yo permanezco al nivel del suelo, en pocos minutos aparece un inmenso avión en el cielo, sus luces de navegación azules y rojas, son más brillantes de lo normal... vuela tan lentamente que la impresión no es que se sostenga en el aire debido las leyes naturales, sino que niega serenamente la omnipresente gravedad.
Dos sueños recientes que no sé qué significan...
| Hamletmaschine | 09:18
7.26.2005
7.21.2005
7.19.2005
Vita Femina
Pero todo esto se combina tan rara vez, que me inclino a creer que las más altas cumbres de todo lo bueno, sea esto obra, persona o naturaleza, han sido hasta ahora algo oculto y velado para la mayoría, e incluso para los mejores. Pero lo que se nos devela, se nos devela una sola vez. Los griegos rezaban dos y tres veces a todo lo bello. Ah, ellos tenían una buena razón para llamar a los dioses, porque la realidad agnóstica no nos da la belleza, o a lo sumo, nos la da una sola vez.
Yo diría que el mundo está repleto de belleza, pero a pesar de eso es muy pobre en instantes hermosos y develamientos de estas cosas. pero quizá éste es el encanto más fuerte de la vida: tiene sobre sí un velo bordado en oro, de hermosas posibilidades, que se insinúa, que se revela, pudoroso, irónico, compasivo y seductor.
Claro, la vida es la verdad y la verdad es lo que es, presencia y ausencia, la verdad es mujer...
Dibujo de Tomomi Sakuba, Puella ("Regula")
| Hamletmaschine | 20:20
7.16.2005
Su voluntad
mirándote a los ojos y con el corazón bajo sus labios...
| Hamletmaschine | 08:29
7.14.2005
Aniversario
Un aniversario más de la Revolución Francesa,
de la muerte de Marat y de 16 mil guillotinados,
del Terror de Robespierre.
la Enciclopedia de Diderot
y de muchas cosas más.
Libertad... igualdad... fraternidad...
| Hamletmaschine | 17:08
7.13.2005
Tesla
Han sido pocos los que han soñado o sueñan con la generación de energía ilimitada y gratuita, menos todavía son aquellos que a través de la observación científica y una obsesiva determinación han intentado volverlo realidad, con resultados tangibles y experiencias que pueden repetirse en cualquier momento y lugar.
Uno de ellos fue Nikola Tesla, científico de origen croata que vivió entre dos siglos al que se le adjudican por lo menos ochocientas patentes. Y que en mucho supera en visión y diversidad indagatoria a Thomas Alva Edison, mismo que hasta donde se sabe, hizo lo posible para mantenerlo al margen a través de sus influencias en la prensa de la época, los resultados de tal difamación se sienten hasta el día de hoy donde (como un ejemplo de entre muchos más), aún es muy poco conocido que en los sesentas la Academia Sueca reconoció que Tesla había inventado la comunicación inalámbrica cinco años antes que Marconi, y no sólo eso sino que su método demostró ser mucho más eficiente que el de aquel, siendo su sistema el usado normalmente hasta nuestros días. Tesla transmitía eficientemente datos, voz e incluso imágenes... y ni siquiera había terminado la primera década del siglo XX.
Pero la obsesión de Tesla no era la comunicación instantánea, sino la transformación de la energía telúrica terrestre y solar en electricidad, energía que planeaba fuera acumulada y transmitida ilimitadamente a cada hogar y a cada máquina por medios inalámbricos. En 1905, ante un grupo muy selecto de científicos, logró transmitir limpia y silenciosamente la suficiente energía eléctrica para encender unas doscientas lámparas ante la multitud que, incrédula, concluyo que todo era un engaño... extraña y sospechosamente, comenzaron a suceder una serie de accidentes a sus laboratorios y talleres cada vez que estuvo a punto de realizar demostraciones de sus descubrimientos.
Uno de ellos, el caso más sonado entre la comunidad paracientifica, fue su formulación de un "rayo de la muerte", un instrumento que podía canalizar la energía electromagnética de la Tierra y liberarla en puntos muy específicos de la superficie, teniendo como resultado una explosión que, por mucho, superaría la liberación energética de cualquier bomba conocida en la época... Una mañana de 1908 comentó horrorizado a sus ayudantes que había hecho algo terrible, e inmediatamente destruyó todos los documentos relativos a tal investigación, ese mismo año sucedió la explosión de Tunguska, que hasta la fecha no ha tenido una explicación eficaz.
Bobina Tesla, capaz de producir millones de voltios con electricidad terrestre
Tesla murió en 1943, en relativa pobreza. Siempre se le acusó de excesiva excentricidad y cualquier proyecto que emprendía era calificado por la comunidad científica de locura insensata... no obstante todos sus documentos y varios laboratorios fueron póstumamente requisados por el gobierno de EU. para un concienzudo análisis (vaya exceso de atención para un simple loco), a la fecha apenas y se han liberado unos pocos papeles sin importancia de sus últimas investigaciones.
Alguna vez, durante la Primera Guerra Mundial, Tesla formuló los principios del sonar, principios que Edison calificó de "ridículos" y por ello fueron desechados inmediatamente, atrasando la invención del radar (y de paso el láser) por lo menos treinta años... ¿Cuánto más habrá que esperar para tener energía eléctrica gratuita e ilimitada?
Un colega de Tesla demuestra lo seguras que son las bobinas, algunos dicen que esto es un fotomontaje.
Más información sobre Tesla:
Tesla en Wikipedia (en inglés)
Una biografía en español
Proyecto de receptor de energía gratuita
Tesla y Tunguska
| Hamletmaschine | 20:17
7.12.2005
Cenizas
¿Es un privilegio o una condena? El contacto con otras personas se verá limitado a la ejecución de su papel religioso, pues se considera una grave afrenta tan siquiera rozarlo. Se dedicará indefectiblemente a la oración y la meditación, al estudio. Y no sólo eso, lo que le cubren son cenizas... cenizas de piras funerarias. Literalmente su presencia es la presencia de los muertos.
No podemos juzgar con parámetros occidentales, si estas actividades nos parecen inexplicables es porque no reconocemos nada similar... pero es sólo una apariencia, es cuestión de buscar. Lo sagrado siempre encuentra donde manifestarse, aún entre el acero y el concreto.
Y esa intensa mirada...
| Hamletmaschine | 10:24
7.11.2005
Flautista
El bretón Lelgoualch, vestido con el traje legendario de su provincia, avanzó saludando con el sombrero redondo, mientras las tablas resonaban bajo los golpes de su pierna de palo. En la mano izquierda llevaba un hueso vaciado, netamente agujereado, como una flauta. Con fuerte acento bretòn el recién llegado, recitando un cuento preparado de antemano, nos dio los siguientes detalles de su persona:
A los dieciocho años Lelgoualch, que ejercía el oficio de pescador, recorría todos los días con su pequeña barca las costas vecinas de Paimpol, su aldea natal. Dueño de una gaita, el joven era considerado el mejor gaitero de la comarca. Todos los domingos se reunía la gente en la plaza pública para oírlo tocar, con encanto muy personal, una cantidad de aires bretones que formaban en su memoria una reserva inagotable. Un día, cuando la fiesta de Paimpol, al trepar a la punta de un palo enjabonado, Lelgoualch cayo al suelo desde lo alto y se fracturó un muslo. Avergonzado de una torpeza que toda la aldea había prescenciado, Lelgoualch se levantó y recomenzó la asención, que logró a fuerza de muñeca. Después volvió a su casa como pudo, considerando siempre un punto de honor ocultar sus sufrimientos. Cuando tras una larga espera llamó al fin al médico, el mal, terriblemente desarrollado, había desencadenado una gangrena, se juzgó necesaria una amputación.
Lelgoualch, prevenido de antemano, contempló la situación con entereza y, pensando únicamente en sacar el mejor partido a la cosa, pidió al operador que le guardara su tibia, que pensaba emplear de manera misteriosa. Actuaron de acuerdo a su deseo y un día el pobre amputado, provisto de una nueva pierna de palo, se dirigió a casa de un guitarrero a quien entregó, con instrucciones precisas, un paquete cuidadosamente envuelto.
Un mes después Lelgoualch recibió, en un estuche negro forrado de terciopelo, el hueso de su pierna transformado en una flauta extrañamente sonora. El joven bretón aprendió pronto el nuevo teclado e inició una carrera lucrativa ejecutando aires de su país en los café-concerts y en los circos. Lo raro del instrumento, cuya procedencia era explicada cada vez, llamaba la atención de los curiosos y hacia aumentar en todas partes los ingresos de taquilla. La amputación se remontaba a veinte años atrás y, desde entonces, la resonancia de la flauta había mejorado sin cesar, como los violines que se ennoblecen con el tiempo...
| Hamletmaschine | 18:51
7.10.2005
Rojo y violeta
Estas flores, rojas como
el velo de la venganza, son para
Carolina Moro
John Seba Hibiscus
Y ésta es para
Azul
porque todos los colores
comparten la misma luz
JoSon Iris
| Hamletmaschine | 13:05
7.08.2005
Entrada triunfal
El futuro luce lleno de proyectos y así lo vamos a mantener mientras haya con qué pelear, mientras este conjunto de voluntades anhele decir algo... la publicación está en plena expansión y no vamos a detenernos sino hasta alcanzar la visión original. Y la publicación se mantiene insólitamente gratuita, el único paso que se dará será hacia adelante...
Agradecemos especialmente a Víctor Trejo por su apoyo con el espacio, a Alberto Chimal por su excelente texto y por compartir su valioso tiempo con nosotros, a todos y cada uno de los que asistieron en cuerpo o espíritu... y yo en lo particular agradezco a Ricardo Ham por la oportunidad de ser parte de esta batalla, de este vértigo.
Eso es todo...
| Hamletmaschine | 09:52
7.07.2005
7.05.2005
7.03.2005
7.02.2005
Sociedad
Significativamente, en más de un idioma
sociedad comparte demasiadas letras
con saciedad y suciedad...
(Este post al parecer ha creado una pequeña polémica,
por favor lean mi comentario al respecto sobre mi postura)
| Hamletmaschine | 09:11
6.29.2005
Lulú
Ella es Louise Brooks (1906 - 1985), uno de los máximos sex symbol del cine, su estilo aún tiene mucha influencia y sin duda es uno de los rostros más bellos qué han sido retratados por una cámara.
Más información aquí.
| Hamletmaschine | 18:32
6.28.2005
Metrópoli
La sangre seca
humea bajo el sol
El teatro de mi muerte
se abrió entre las montañas
Sin pensar sabía
que esta máquina era
lo que mis abuelas habían llamado Dios
Una ráfaga de aire barrió los cadáveres de la plataforma
y los tiros estallaron en mi titubeante huída
Sentí MI sangre salir de MIS venas
y MI cuerpo transformarse en el paisaje
de MI muerte
A MI ESPALDA EL CERDO
El resto es poesía
¿Quién tiene mejores dientes
la sangre o la piedra?
Heiner Müller, Paisaje con argonautas (fragmento), c. 1987
(El texto completo aquí)
| Hamletmaschine | 07:17
6.26.2005
Más flores
Esta vez, encontré en las fotografías de Robert Mapplethorpe
las características individuales que estaba buscando proyectar...
Ésta es para Leslie
| Hamletmaschine | 14:21
6.25.2005
Un sueño recurrente
Hace mucho que no describía un sueño pero éste es muy especial: es un sueño recurrente. Nunca había tenido uno que sucediera incluso varias veces en la misma noche. En un sueño así las situaciones se repiten pero no bajo las mismas circunstancias, ni con los mismos personajes. Posee su núcleo esencial, que es el que se visita una y otra vez. Por cierto, sé lo que significa, así que eso no es problema, pero saber qué significa no ayuda en nada, hoy seguramente se repetirá, o mañana, o...
Estoy en una casa...
Puede ser una casa grande o todo un edificio sin puertas (una vez fue una universidad), puede ser una casa muy ornamentada o sólo un espacio abandonado (pero alguna vez el interior estuvo atravesado por ramas y plantas que cruzaban las paredes). Una vez era una casa con dos pisos, pero carecían de comunicación entre sí, cada piso era de un estilo arquitectónico muy distinto, como encajados a la fuerza. Dos veces he visto goteras o chorros de agua que caen de los techos.
... siempre es de noche, recorro los cuartos y no descubro a nadie...
El tiempo no varia, de hecho es la misma hora en que estoy durmiendo, las 2 ó 4 am, sólo hoy soñé que eran las 7 am, pero en todo caso era la misma hora en que lo estaba soñando. A veces subo escaleras o recorro un jardín. En los cuartos nunca hay puertas, o si las hay sé perfectamente qué hay en su interior. Nunca es de día, la luz es muy tenue y proviene del exterior, pero no de un alumbrado público sino de otra cosa, algunas veces tienen un ligero movimiento, no hay explicación para eso en el sueño.
...entonces, se plantea un misterio que...
Así es, he visto mecanismos de relojería, animales disecados, recortes de periódicos pegados en las paredes con pasajes subrayados, frases escritas en los espejos, proyectores que exhiben secuencias silentes en blanco y negro sobre las paredes desnudas, cuartos con los muebles volcados de una forma muy particular... todos quieren significar algo, son sólo un caos aparente. Nunca se ha repetido el mismo misterio. Hoy vi símbolos similares a runas escarbados en las puertas, descubrí que podían alinearse y hacer pasar detrás de ellos un haz de luz que cruzaba varias puertas, al final la luz terminaba situando seis puntos en una pared, formando los vértices de un hexágono aparentemente perfecto. En estos sueños hay una codificación interior en la casa que busca ser descifrada, pero...
...no sólo nunca se resuelve del todo, sino que el beneficio de hacerlo no está muy claro...
No hay ningún objetivo, ningún premio, ninguna satisfacción o resolución, tan sólo el misterio está allí, omnipresente entre los cuartos, con pistas abandonadas en las escaleras, en las esquinas, vibrando en todos y cada uno de los objetos.
...entonces es cuando me doy cuenta que la casa está llena de presencias...
Gatos, perros, ratas, insectos, hombres y mujeres que conozco o no, que en la "realidad" aún están vivas o no, pequeños seres que parecen una cruza entre ciempiés y lagartos arrastrando una enorme cabeza bulbosa que brilla como el abdómen de las luciérnagas (¿quizás son catoblepas?), lo peor quizá ha sido un feto de unos seis meses abandonado en un fregadero y rodeado de un charco de sangre fresca (no, lo peor fue sin duda la vez en que la casa estaba poblada por demonios, pero eso merece un comentario específico). Una sola vez hubo varias pantallas donde aparecían chats desarrollándose y no olvido al hombre sin ojos ni nariz pero con una enorme boca que ocupaba toda su cara, su labio inferior estaba abultado y era púrpura... las prescencias están y no están ahí, hay que concentrarse mucho para percibirlas, A veces aparecen al principio del sueño, o yo puedo verlos y ellos no, o viceversa, hay o no hay interacción u hostilidad, incluso llega a haber de vez en cuando una serie de humoradas entre nosotros... a veces simplemente estoy solo.
...aquí es donde el sueño termina, y yo despierto...
Y sé lo que significa, de eso no tengo la menor duda: en esos espacios vacíos se recrea una y otra vez la misma Casa de la Vida...
| Hamletmaschine | 09:43
6.23.2005
Omnia Ad Unum
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